Les dijimos que solo jugaban 7 niños de cada clase, cosa que ya no les hizo mucha gracia. Se oían por la clase varios "No vale!"
Y luego les preguntamos cuántos caramelos necesitábamos para repartir a los 7 niños. Todos los que actuaban como espectadores estuvieron de acuerdo en que necesitabamos 7 caramelos.
Así que....a contar!
Y por supuesto, a repartirlos. Lo que ellos no sabían es que nosotras no pensábamos repartirlos de forma equitativa. Nuestro reparto fue bastante dispar. Vieron muy sorprendidos, como a algunos niños se les daban varios caramelos y sin embargo a otros ninguno. Sus caras eran un poema.
Las profes preguntamos a los 7 niños si estaban conformes y podéis suponer sus respuestas según los caramelos que tenían. Preguntamos también a los alumnos espectadores como podríamos hacer para que todos estuvieran contentos. Y enseguida respondieron que dando a todos los mismo.
Al tener los 7 un caramelo cada uno, dimos por finalizado el juego y fue ahí donde salió el espíritu de la justicia y se oyó "NO ES JUSTO"
Justo donde queríamos llegar las profes. Vieron que todos tenían derecho a ese caramelo. Algunos lo argumentaban diciendo lo bien que se habían portado ese día.
Así que llegamos a la conclusión de que había que seguir repartiendo caramelos hasta que todos tuvieran uno, incluídas las profes!
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